Nidia Caro

Una vez un tío le dijo a Deyanira que ella era igualita a Nidia Caro. Es la única vez que a Deyanira le han dicho que se parece a alguien famoso. En esa época ella no estaba muy segura de saber quien era Nidia Caro pero, la buscó en las revistas y se aprendió varios temas que hoy día siempre se le vienen a la cabeza cuando anda media despistada por la calle. También los tararea para subirse el ánimo cuando se encuentra fea .

Pejereyes falsos

Cuando se pone escuálido el presupuesto, Deyanira estruja su ingenio para preparar comidas ricas aunque no tenga plata en la chauchera. Un clásico de fin de mes son sus celebrados “Pejereyes falsos”: Cuando vaya a la feria, pídale al casero que le dé las acelgas con los tallos más gordos. Así, tendrá 2 x 1. Ocupa las hojas en lo que tenga que ocuparlas y los tallos los reserva.
En esos días en que una no sabe qué servirse de almuerzo, agarra sus tallitos, los pasa por un batido de huevo, harina, merquén, ajo, tomillo y sal y los tira a la sartén. Mmmmm. Quedan sabrosos y son super nutritivos.
Otra astucia es echar mano a las hojas de las betarragas. Eso, Deyanira lo aprendió en el libro de recetas “Recién casada, recién en la cocina” que le salió de premio al sumergir bajo agua la etiqueta de un tarro de leche condensada: Dígale a su casero que le dé sus betarragas con hartas hojas y a fin de mes, va y hace una rica tortilla de hoja verdes y moradas. Se va a sorprender.

Japonesita ven

Arturo Prat 60 local 8. A Deyanira le impacta ese lugar por su elegancia. Está al fondo de un antigua y amplia galería en el centro y se llama El Zurcidor Japonés. Es el único local comercial del lugar. Lo atienden sus dueños, una señora de mucha edad y un caballero todavía mayor. Deyanira se da cuenta que ellos son expertos en su tema y adoran su trabajo.
“Desde 1916” dice una placa de bronce que está colgada en la pared, tras el mostrador. Por todos lados hay lámparas orientales y cuadros con japonesitas.
Aunque, sacando sus cuentas, le saldría más barato comprarse bluejeans nuevos en Patronato, ella prefiere recauchar sus regalones en ese local.
Además, ahí le dieron otro dato espectacular de una señora que hace zurcidos brujos cuando a uno se le hacen hoyos en las medias. La señora María, en Monjitas 825 A.
Eso sí, lo que más le gustó a Deyanira fue el papelito donde el dueño del Zurcidor le anotó el dato de las medias. Al reverso habían unos mensajes escritos a mano con lápiz bic.

“Todo sufrimiento viene del apego. Su tú amas, no deberás sentir posesión sobre la otra persona”
Hindú.

“Cada vez que pierdes algo, ganas otra cosa”
Chino

Eso, tal cual, decía en el papel que Deyanira metió a su chauchera donde todavía lo anda trayendo.

Luis Miguel, Un Sol

Cuando chica, cada noche antes de quedarse dormida, Deyanira se daba vuelta hacia la pared y miraba a los ojos a Luis Miguel en la calcomanía que tenía pegada junto a su cama y que decía “Luis Miguel, un Sol”.
Ella se sabía al revés y al derecho el caset “Directo al Corazón”. Lo escuchaba pensando en su profesor de educación física y su tema preferido era lejos “No es permitido”, que decía: “ No es permiti-i-doo, hablar de amor para los dos no es permiti-i-doo. Pero en silencio te amaré y mi amor lo guardaré. Hasta que cambies de niña a mujer. No es permiti-i-doo...”.