30.4.11

Maneja para que no te manejen

Deyanira tiene conflictos con los automóviles. Hasta hace poco le cargaban. Le molestaba sobre todo el olor a goma que tienen en el interior porque eso le recuerda la angustia estomacal de sus traslados desde Ignao a Lago Ranco cada domingo.
Después del Japening con Ja, su tío Lito la pasaba a buscar en su pan de molde para llevarla al internado donde ella cursó enseñanza básica y media.Ese trayecto a oscuras en medio de la niebla, los corcoveos sobre el ripio suelto, el vaho en los vidrios, el olor a bencina y a caucho recalentado que saturaban el ambiente, le daban náuseas.
Además, el tío Lito, cada vez más seguido, se equivocaba y  le agarraba la rodilla en vez de pasar el cambio.
Por eso, en un principio ella le agarró fobia a los automóviles, pero con los años ha descubierto algunas cosas del mundo automotriz que le gustan. Primero, está esa frase que le dijo su vecina con la cara llena de risa después de obtener su licencia de conducir: “Lo que pasa Deya, es que cuando manejas, no te manejan”.
Después, hay un par de gestos en el automovilista de sexo masculino que le agitan el pecho a Deyanira. Ella sabe que es feo pero, cuando un auto bien grande se detiene para dejarla pasar, ella no puede evitar sentirse muy sexy y desear estar ahí dentro, ser la copiloto. También ama ver a esos hombres que le abren la puerta del auto a su mujer y luego se dan la vuelta para tomar el volante.
Hay algo con los autos. Eso piensa Deyanira. La gente cambia arriba del auto. Unos se escarban la nariz con desenfreno, otras miran con desprecio a la peatona anónima y algunos, al volante, se transforman en príncipes. Todas estas contradicciones están en su mente y no la dejan decidir si pasar a ser parte del parque vehicular o seguir disfrutando del aire que le da en la cara cuando camina o anda en bicicleta.

31.7.10

Un invierno Chocofli

A pesar de venir del sur, el frío nunca le ha sentado bien a Deyanira.
Cuando la temperatura es menor a 5 grados, los dedos de sus manos toman un color violeta que asusta. No puede evitar los tiritones y sueña permanentemente con pasar los días enteros en su cama.
Por eso, Deyanira busca formas de hacer esa temporada más llevadera. Y este año descubrió un gran aliado. El Chocofli.
Vienen en unas adorables cajitas que traen 20 unidades por 2 mil pesos.
La primera vez los compró en el transporte público. Los amó tanto que conservó el envoltorio donde viene escrito el celular (09)7362629 y el correo electrónico chocofli@hotmail.com donde uno puede mandar a encargar más y más chocoflies.
Deyanira valora la excelente presentación de este delicioso producto. Le produce mucho placer ver esos veinte chocoflies apiladidos dentro de su caja color chocolate con puntos naranjos y sacarlos uno a uno junto a una taza de café.

19.7.10

Dos artistas que Deyanira admira

Richard Marx
Le encanta su pelo y un video donde sale tocando el piano solito en medio de un estadio vacío. Valora mucho el hecho de que a pesar de ser feo, le va bien y es romántico. Deyanira le sacó la letra a uno de sus temas y se lo aprendió de corrido en inglés.

Puma Rodríguez
Le gusta básicamente por el pelo, que se parece al de Richard Marx, pero más melenudo. Cuando lo vio en una teleserie en que aparecía corriendo con la camisa abierta y el pelo al viento, quedó prendada de por vida.

11.7.10

Casero: Condoritos con calcetines

Deyanira sabe que no es bonito pero, no lo puede evitar. En la casa, le gusta andar con hawaianas y para que no se le entuman los pies, cuando hace frío se pone unas calcetas gruesas que le quedan grandes, estira bien los dedos, se acomoda las condoritos y anda todo el día de lo más cómoda trajinando.