28.5.10

Milanesa, Blondor, testosterona (I)

Deyanira tomó un bus Cata Bus que la llevó al otro lado de la cordillera, hasta la cuidad de Buenos Aires, donde efectuó un curso de cosmetología de tres meses en el instituto Regina Cosmetic y tomó clases de canto en el afamado estudio de danza y arte Reina Reech.
Su primer contacto con la cultura transandina fue el sandwish de escalopa que le dieron de almuerzo en el bus. “Qué cosa tan rara...un bistéc con pan rallado adentro de un pan…”, pensó. Pero después del primer bocado encontró que esa colación era una idea genial y se fue, soñadora, el resto del viaje imaginando cuanta otra cosa conocería en Argentina.
En Capital Federal se hospedó en la pensión de la señora Dorita, en el barrio de Caballito. Compartió habitación con Chuchi, una rubia porteña que le enseñó el arte de la decoloración del cabello, que tan bien manejan en ese país.